viernes, 15 de abril de 2011

UNA MEDIACIÓN CON CONSECUENCIAS. Cuento escrito por Dr.Hugo B. Escalante

Carlitos se enteró que le tocaba como compañera de mediación a Silvia, Secretaria en otro Juzgado por quién tenía una gran afinidad (aunque ella no lo sintiera –que él se diera cuenta al menos-).
Estuvo horas pensando que había tenido una suerte enorme, porque el sorteo podría haber dado cualquier resultado, inclusive con el pesado del secretario Tomás.
Además, se “ratoneó” debidamente pensando en que podría – a cualquier costo- tratar de alargar todos y cada de las mediaciones que le asignaran para ver si podía adentrarse en la vida de Silvia, quién se había mostrado bastante indiferente –al menos a él parecía- de los “lances” que se “tiró” con ella cuando la sacó a bailar en un baile de fin de año.
Pero bueno...vería que pasaba.
Esperó ansioso la primera llamada a mediación, pero pasaron varios meses hasta que por fin!...se le dio.
Lo llamaron por teléfono (el mejor medio fehaciente en el Poder Judicial) y le comunicaron que estaba designado, junto con Silvia –of course- en la mediación de Juan contra Pedro, en un asunto, que luego se enteró estaba rodeado de intrigas internas, palaciegas todas, y todo debido al monto en juego.
Si bien es cierto que nadie le dijo nada al inicio sobre la mediación de marras, se designó el día y hora de la primera reunión con las partes.
Con sorpresa de ambos mediadores (Carlitos y Silvia) las partes se presentaron juntamente con sus abogados y ambas presentaron sus puntos de vista a los fines de tenerlos en cuenta y para definir las cuestiones a resolver y a mediar.
Después de una trabajosa reunión, que llevó varias horas de debate, las partes acordaron para una próxima reunión y para rediscutir internamente varias cuestiones, para ver si se le daba finiquito a la cuestión, que seguía apareciendo como muy brava, por las cuestiones en discusión.
Cuando todos se retiraron, Silvia quiso efectuar algunos comentarios y proponerle a su compañero algunos puntos para discutir y para ver si en esa próxima reunión podían dar por finalizada la mediación. Ella creía que era posible un arreglo.
Sentados en la coqueta oficina que se les había designado, ella comenzó a comentar las incidencias del caso y él por supuesto, a escuchar con interés no excento de admiración por su compañera que lucía un vistoso vestidito con cierre y varios botones en su chaqueta.
Nunca supo qué pasó, pero de pronto él le estaba tomando la mano cuando ella intentó arreglarse el cabello en el imponente espejo que estaba en la pared, del que siempre se preguntó que demonios tenia que hacer dicho espejo en una oficina judicial, si nadie venía a mirarse a ver cómo estaba.
De la mano, se siguió –inadvertidamente- al hombro y de allí a desabrochar la chaqueta de Silvia fue un solo paso, mientras seguían comentando las incidencias del caso ahora sí, con voz de desesperación y medio baja de emoción.
Y bueno: pasó lo que debía pasar en el escritorio, lo que dejó a Carlitos sin poder creer la gran suerte que había tenido: hacerlo con nada menos que la inalcanzable Silvia...
Cuando retornó al día siguiente, a su lugar de trabajo, recibió a primera hora un llamado de su máximo superior jerárquico que lo convocaba en forma urgente a su despacho.
Intrigado, se presentó a Fulanito de Tal, Magistrado él, quién pidiéndole que se sentara en un sillón cerca de un televisor, encendió el mismo y allí empezó a ver, grabada, la sesión de mediación del día anterior y finalizada ella NADA MENOS QUE SU ACTUACIÓN CON SILVIA SOBRE EL ESCRITORIO Y POR SUPUESTO, A TRAVES DEL FAMOSO ESPEJO....
Obviamente, consideró que sus dotes de actor las consideraba buenas, sobre todo por los quejidos de su compañera, , pero dejando de lado ello, comenzó a mirar a su interlocutor de hito en hito como preguntándole qué estaba ocurriendo...
Finalizada la filmación, sin esperar hurras, el Magistrado comenzó a hablarle sobre lo ocurrido y sobre las cuestiones en disputa con los otros actores. Y allí mismo, sin embajes, le solicitó que a menos que se convenciera a una de las partes de que debía transar a como viniera, el resto de la película sería dada a conocer.
Se le comunicó que las imágines serían dadas a conocer a Silvia –por supuesto y para salvar posibles pruritos vergonzantes- en otra reunión en privado con ella, para solicitarle lo mismo.
Era de esperar que Carlitos asintió a todo y si hubiese podido a más, pero vió con seguridad que allí se jugaba todo, pero absolutamente todo su futuro en el Poder Judicial. Obviamente, accedió sin discusión alguna.
Cuentan que hubo una parte que se allanó a cuanto quiso la otra parte debido precisamente a que fue convencida por ambos mediadores de la inconveniencia de seguir con el litigio por los altos costos que sería una sentencia adversa y que ellos avisoraban como cierta y porque su abogado había errado la formulación del caso, lo que configuraba una cuestión casi rayana con la mala praxis.
Carlitos jamás estuvo en otra mediación y solicitó que fuera dado de baja de la lista respectiva por razones que no dio a conocer y que nadie pudo saber...
Por supuesto, que cualquier semejanza con alguna realidad, es mentira, dándose cabida a toda la imaginación posible...

Autor: Hubo B. Escalante

Fecha: 17/03/2008

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